martes, 17 de noviembre de 2015

LA PRIMERA MUJER.

En la biblia, podemos ver como hay dos versiones respecto a la creación del hombre. En el capítulo 1 del génesis podemos leer lo siguiente:

“Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios los creó; varón y hembra los creó”.
Es decir, que tanto el hombre como la mujer fueron creados a la vez.

Pero, luego en el capítulo dos, pone:

“de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre”
Los cabalistas intentaron muchas interpretaciones para explicar la contradicción entre las dos versiones. Una sugiere que Adán fue creado inicialmente como un andrógino que poseía un cuerpo femenino y uno masculino unidos por la espalda. Luego, Dios lo dividió. Otra interpretación aparece en el Alfabeto de Ben Sirá, midrash del siglo X. Basándose en dicho texto, el mitólogo Robert Graves relata que la primera mujer de Adán no fue Eva sino Lilith: “Dios creó a Lilith, la primera mujer, como había creado a Adán, salvo que utilizó inmundicia y sedimento en lugar de polvo puro.

Y al jugar varios relatos, sobre todo hebreos, llegamos a la siguiente conclusión:

Dios creó a la mujer y al hombre al unísono: Lilith y Adán.
Lilith estaba harta de mantener relaciones sexuales con Adán usando siempre la misma postura: El misionero, dónde Lilith siempre se tenía que colocar sometida totalmente a Adán. Así que, Lilith le dijo a Adán que estaba harta de hacerlo a su manera, y Adán le respondió que no cambiaría, que él siempre se colocaría arriba y que seguiría siempre así. Así que Lilith, furiosa, fue a hablar con Dios. Cansada de que Dios no atendiera sus reivindicaciones, decidió abandonar el Paraíso, antes que someterse y renunciar a sí misma. Invocó el Nombre de Dios, innombrable en toda la tradición judía, por considerar que el Nombre verdadero de cualquier ser contiene las características de lo nombrado, y por lo tanto es posible conocer su esencia y adquirir poder sobre ello. Pronunciar el nombre de Dios se convierte, pues, en una osadía suprema, un acto de soberbia mucho mayor que el de hacer directamente oídos sordos ante sus mandatos; algo, en fin, demasiado grave.
Ella se aleja, volando, del lado de Adán (de ahí su semejanza con los súcubos). Él se quejó al Creador que, condolido por el desamparo del varón, envía a tres ángeles a buscar a Lilith (Senoy, Sansenoy, y Semangelof).

Luego Lilith tomó residencia en una cueva en las costas de Mar Rojo, donde hasta éstos días se encuentra según la leyenda. Ella acepta a los demonios del mundo como amantes, y desova muchos miles de niños demonio, fue llamada Madre de los Demonios, —esposa de Asmodeus, el Rey de los Demonios.

Ella se niega a volver. Sabe que, por orden de Dios, a su regreso le espera hacerse cargo de todos los niños recién nacidos. Lilith quiere permanecer en el Mar Rojo, región en la que abundaban los demonios lascivos, con los que había dado a luz a varios lilim (demonios bebé). El castigo de Jehová por esta negativa de Lilith a regresar al lado de Adán consistirá en hacer perecer cada día un centenar de esos hijos.

Lilith exclamó que incluso esta suerte era mejor que regresar al Edén y a la sumisión a Adán. Tan pronto como los Ángeles cumplieron su amenaza, Lilith también hizo una terrible proclamación. En respuesta por el dolor infligido, mataría a los hijos de Adán. Juró atacar a los niños, e incluso a sus madres, durante el nacimiento. Juró también que los recién nacidos estaban en peligro de ser objeto de su ira, las niñas por veinte días y los niños por ocho. No solo esto, sino que también atacaría a los hombres en su sueño, robándoles su semen para dar nacimiento a más niños demonio, que reemplazarían a esos asesinados cada día.

Ante la negativa de Lilith de regresar con Adán, Dios decidió dar una nueva compañera a su creación pues proclamo que “No es bueno que el hombre esté solo”; creó a Eva a partir de una de sus costillas, y por lo tanto sumisa al hombre. Pero por culpa suya, la humanidad fue condenada a ser desterrada del paraíso al convencer a Adán que cogiera la manzana dorada, la manzana del pecado, del árbol prohibido. Por este motivo, se dice “Ave María” para hablar de La Virgen, poniendo la palabra de Eva al revés para poder, por decirlo de alguna forma, crear una figura “antipecado” en su nombre.
Desde ese momento se supone que Lilith roba a los niños de sus cunas, además de robar también el semen de los hombres para crear nuevos demonios, otro dato curioso es que en ese tiempo cuando alguna mujer abandonaba a su marido era llamada hija de Lilith.

De aquí se sacan los siguientes tópicos y figuras:
•La figura del vampiro y el Súcubo (Lilith).
•Las mujeres con cierta necesidad sexual (por decirlo de alguna manera) son pelirrojas, al igual que Lilith.
•La piel pálida (no sol), los labios rojos (beber sangre) y el pelo rojo sean figuras del vampiro.

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