En la biblia, podemos ver como hay dos
versiones respecto a la creación del hombre. En el capítulo 1 del génesis
podemos leer lo siguiente:
“Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen
de Dios los creó; varón y hembra los creó”.
Es
decir, que tanto el hombre como la mujer fueron creados a la vez.
Pero,
luego en el capítulo dos, pone:
“de la costilla que Jehová Dios tomó del
hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre”
Los
cabalistas intentaron muchas interpretaciones para explicar la contradicción
entre las dos versiones. Una sugiere que Adán fue creado inicialmente como un
andrógino que poseía un cuerpo femenino y uno masculino unidos por la espalda.
Luego, Dios lo dividió. Otra interpretación aparece en el Alfabeto de Ben Sirá,
midrash del siglo X. Basándose en dicho texto, el mitólogo Robert Graves relata
que la primera mujer de Adán no fue Eva sino Lilith: “Dios creó a Lilith, la
primera mujer, como había creado a Adán, salvo que utilizó inmundicia y
sedimento en lugar de polvo puro.
Y
al jugar varios relatos, sobre todo hebreos, llegamos a la siguiente
conclusión:
Dios
creó a la mujer y al hombre al unísono: Lilith y Adán.
Lilith
estaba harta de mantener relaciones sexuales con Adán usando siempre la misma
postura: El misionero, dónde Lilith siempre se tenía que colocar sometida
totalmente a Adán. Así que, Lilith le dijo a Adán que estaba harta de hacerlo a
su manera, y Adán le respondió que no cambiaría, que él siempre se colocaría
arriba y que seguiría siempre así. Así que Lilith, furiosa, fue a hablar con
Dios. Cansada de que Dios no atendiera sus reivindicaciones, decidió abandonar
el Paraíso, antes que someterse y renunciar a sí misma. Invocó el Nombre de
Dios, innombrable en toda la tradición judía, por considerar que el Nombre
verdadero de cualquier ser contiene las características de lo nombrado, y por
lo tanto es posible conocer su esencia y adquirir poder sobre ello. Pronunciar
el nombre de Dios se convierte, pues, en una osadía suprema, un acto de
soberbia mucho mayor que el de hacer directamente oídos sordos ante sus
mandatos; algo, en fin, demasiado grave.
Ella
se aleja, volando, del lado de Adán (de ahí su semejanza con los súcubos). Él
se quejó al Creador que, condolido por el desamparo del varón, envía a tres
ángeles a buscar a Lilith (Senoy, Sansenoy, y Semangelof).
Luego
Lilith tomó residencia en una cueva en las costas de Mar Rojo, donde hasta
éstos días se encuentra según la leyenda. Ella acepta a los demonios del mundo
como amantes, y desova muchos miles de niños demonio, fue llamada Madre de los
Demonios, —esposa de Asmodeus, el Rey de los Demonios.
Ella
se niega a volver. Sabe que, por orden de Dios, a su regreso le espera hacerse
cargo de todos los niños recién nacidos. Lilith quiere permanecer en el Mar
Rojo, región en la que abundaban los demonios lascivos, con los que había dado
a luz a varios lilim (demonios bebé). El castigo de Jehová por esta negativa de
Lilith a regresar al lado de Adán consistirá en hacer perecer cada día un
centenar de esos hijos.
Lilith
exclamó que incluso esta suerte era mejor que regresar al Edén y a la sumisión
a Adán. Tan pronto como los Ángeles cumplieron su amenaza, Lilith también hizo
una terrible proclamación. En respuesta por el dolor infligido, mataría a los
hijos de Adán. Juró atacar a los niños, e incluso a sus madres, durante el
nacimiento. Juró también que los recién nacidos estaban en peligro de ser
objeto de su ira, las niñas por veinte días y los niños por ocho. No solo esto,
sino que también atacaría a los hombres en su sueño, robándoles su semen para
dar nacimiento a más niños demonio, que reemplazarían a esos asesinados cada
día.
Ante
la negativa de Lilith de regresar con Adán, Dios decidió dar una nueva
compañera a su creación pues proclamo que “No es bueno que el hombre esté
solo”; creó a Eva a partir de una de sus costillas, y por lo tanto sumisa al
hombre. Pero por culpa suya, la humanidad fue condenada a ser desterrada del
paraíso al convencer a Adán que cogiera la manzana dorada, la manzana del
pecado, del árbol prohibido. Por este motivo, se dice “Ave María” para hablar
de La Virgen, poniendo la palabra de Eva al revés para poder, por decirlo de
alguna forma, crear una figura “antipecado” en su nombre.
Desde
ese momento se supone que Lilith roba a los niños de sus cunas, además de robar
también el semen de los hombres para crear nuevos demonios, otro dato curioso
es que en ese tiempo cuando alguna mujer abandonaba a su marido era llamada
hija de Lilith.
De
aquí se sacan los siguientes tópicos y figuras:
•La
figura del vampiro y el Súcubo (Lilith).
•Las
mujeres con cierta necesidad sexual (por decirlo de alguna manera) son
pelirrojas, al igual que Lilith.
•La
piel pálida (no sol), los labios rojos (beber sangre) y el pelo rojo sean
figuras del vampiro.
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